Autor: Catherine Disney Ramírez Alfonso
Dicen que Sibaté es un pueblo de locos. Entre estos habita una pequeña y joven mujer de 24 años, quien es
profesora, diseña, cocina y es líder. Ella se define como movida y sensible en un territorio desequilibrante y
mágico. Este mismo la llevo a querer transformarlo desde las pequeñas acciones que realiza en lo individual o
colectivo; su vocación la pone en un horizonte de esperanza y utopía.
Viniendo de una familia activista, Aura creció entre los paisajes Sibateños los mismos que la han llevado hacer
parte de juntanzas y como no hacerlo se pregunta ella, si por donde se voltea a mirar la mayoría de gente no se
dedica solo a una actividad, se respira en el ambiente las ganas de querer vivir: “¿Cómo no hacer algo por
quienes nos rodean?”.
Trabajando con la comunidad, al observar a los abuelos, emerge en ella un sentimiento de gratitud al recordar
que el conocimiento no debería ser privilegio y que la voluntad de aprender puede vencer cualquier obstáculo,
incluso el tiempo, que para aprender nunca es tarde. Asimismo, en su praxis observa a los niños y jóvenes
quienes habitan ese mismo espacio, la falta de recursos los hace vulnerables e invisibles, pero… ¿por qué ocurre
esto si tienen toda una vida por delante? Ahora bien, si se quejan son de cristal, viven con ansiedad y emociones
que no pueden mostrar, además de la incertidumbre y soledad de un futuro. Por esa razón dice Aura: “Es
importante seguir pensando y trabajando más en colectivo”. Ir gestando proyectos en estas situaciones es
habituarse a que es posible hacer la diferencia.
